La violencia es el uso de la fuerza para conseguir un fin, para expresarse o para imponerse a otras personas. La violencia puede ser física o psicológica y puede afectar a situaciones concretas o a relaciones con otras personas. Muchas veces la violencia pasa desapercibida, sin que nadie se dé cuenta de que se está produciendo.
Actividad 1
Duración:
10 minutos.
Agrupamiento:
gran grupo.
Lluvia de ideas. Vamos a descubrir qué es la violencia. Entre todos vamos a dar ideas.
Piensa y responde: ¿qué es para ti la violencia? Cuando tengas una respuesta, levanta la mano y espera a que tu docente te dé el turno. Escucha las respuestas del resto de la clase.
Ahora que ya tenéis una idea de lo que en vuestra clase consideráis violencia, responded en conjunto: ¿habéis nombrado más acciones físicas (patadas, empujones, etc.) u otro tipo de acciones (insultos, burlas, etc.)?
La violencia
Es común que lo primero que se nos venga a la cabeza cuando nos hablan de violencia sean patadas, empujones… Esto ocurre porque algunas formas de violencia son más visibles que otras.
Observa esta imagen. Es un iceberg, una masa de hielo que flota en el agua y de la que vemos solo una pequeña parte. Ahora pensemos en la violencia como si fuese un iceberg.
En la parte de arriba del iceberg, la que sobresale del agua, están las formas visibles de violencia. Golpear, insultar, amenazar, gritar.
En la parte que está sumergida podrían estar otras formas de violencia menos fáciles de detectar. Ignorar o aislar del grupo a una persona, criticar a otra persona, poner motes despectivos, hacer bromas ofensivas… Fíjate además que la parte que está sumergida es mucho más grande que la que se ve.
¡Aprendemos a distinguir el maltrato del buen trato!
Tratamos mal a otra persona cuando…
Actuamos con el propósito de causar daño.
Agredimos físicamente: empujones, tirones de pelo, poner la zancadilla, etc.
Todas las agresiones, verbales y físicas, dejan secuelas en las personas. A veces, tardamos mucho más en recuperarnos de la violencia que no se ve.
¿Por qué tratamos mal?
Porque no somos tolerantes: no respetamos otras formas de pensar o de vivir.
Porque no practicamos la empatía: no somos capaces de ponernos en el lugar de la otra persona y de entender cómo se siente.
Tratamos bien a otra persona cuando…
Respetamos otras opiniones, aunque sean distintas a las nuestras.
En lugar de pelear, dialogamos para resolver las diferencias.
Reconocemos el valor que tenemos todas las personas por igual.
Intentamos ayudar cuando es necesario.
¡Ojo!
El buen trato no es llevarse bien con todas las personas, pero sí respetarlas.
El buen trato no es estar de acuerdo en todo, pero sí respetar otras opiniones.
El buen trato no es evitar conflictos o discusiones, sino gestionarlos de manera pacífica.
En el aula, todos somos responsables del buen trato. Debemos tratar bien al resto y también asegurarnos de que ningún compañero trata mal a otra persona de clase.
La asertividad
Un ingrediente importantísimo del buen trato es laasertividad. ¿Sabes lo que es?
Actuar con asertividad es:
Defender nuestros derechos reconociendo los derechos de las otras personas.
Respetarnos a nosotros mismos y a otras personas.
Escuchar lo que las otras personas tienen que decir, aunque no lo compartamos.
No culpar a las demás personas.
Expresarnos con claridad y honestidad.
Lamentablemente, no todo el mundo actúa con asertividad en todos los momentos. Hay personas que actúan con agresividad.
Actuar con agresividad es:
Defender nuestros derechos sin preocuparnos de los derechos de las demás personas.
Asegurarnos de nuestro bienestar sin preocuparnos de lo que les ocurre a las demás personas.
Acusar o culpar a las demás personas.
Minusvalorar el punto de vista de otras personas.
La asertividad es expresar cómo nos sentimos, qué pensamos y qué necesitamos.
Identifica
Utilizando las pistas descubre la palabra oculta para cada definición.
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Escucha o lee. Actividad 2
Escucha o lee este texto con calma. Posteriormente, tendrás que responder a una serie de preguntas.
Lectura facilitada
El miércoles a primera hora, Pablo, el tutor de 5.º A, presenta a un nuevo compañero: Adam. Se incorpora a mitad de curso porque se acaba de mudar de país. Viene de lejos y todavía está aprendiendo el idioma, por eso no habla mucho y no se atreve a acercarse al resto de compañeros de clase para presentarse. En el recreo se arma de valor y se acerca a un grupo de niños para jugar con ellos en el patio. “Para esto no se necesitan muchas palabras” —piensa—, pero, mientras se acerca, un niño de su misma clase dice: “¡Ahí viene mudito!” y algunos niños se ríen y le dan la espalda para que no entre en el grupo. El resto de la semana, Adam se queda en clase durante el recreo leyendo algún libro. De vez en cuando, Pablo le manda leer en alto para practicar y a sus compañeros le hace mucha gracia cómo pronuncia algunas letras. Cuando sus padres le preguntan qué tal la primera semana del cole, Adam no cuenta que sus nuevos compañeros lo llaman mudito o que se ríen de cómo dice algunas palabras. Solo espera que la siguiente semana vaya un poco mejor.
Responde a las siguientes preguntas relacionadas con la historia de Adam:
Duración: 20 minutos. Agrupamiento: individual.
¿Sufre Adam alguna conducta de maltrato por parte de sus compañeros? Si es así, indica cuál o cuáles.
¿Cómo crees que se siente Adam cuando llega a un nuevo país, un nuevo cole, con nuevos niños que hablan en un idioma diferente?
¿Por qué crees que Adam no les cuenta a sus padres lo que le ocurre?
Reescribe esta historia para cambiar la experiencia de Adam. Piensa cómo podrían actuar sus compañeros de clase para que Adam se sintiese bien en su nueva escuela.
Reflexiona. ¿Cómo actuarías si vieses una situación parecida?
Actuar frente a la violencia
Ahora que ya sabes distinguir entre actitudes violentas (maltrato) de las no violentas (buen trato), ¿cómo puedo actuar frente a la violencia?
¡Evita responder con más violencia! Responder con más violencia no resolverá la situación. Incluso es posible que la empeore y que no te sientas mejor después de ejercerla. Si te das cuenta de que has ejercido violencia frente a alguien, reconócelo y trata de compensar ese daño: asume tu error, pide disculpas y pregunta qué puedes hacer para hacer sentir mejor a la otra persona. Si la otra persona no lo tiene claro, respeta su tiempo y su espacio.
¡Pide ayuda! Muchas veces no sabemos cómo actuar porque la violencia es más grande que nosotros mismos. Pedir ayuda a un adulto de referencia es una buena idea. Puede ser tu profe, tu familia… ¡Cualquier persona adulta en la que confíes!
¿Sabías que el teléfono ANAR, de ayuda a niños y adolescentes, está disponible las 24 horas del día los 365 días del año para ayudarte si vives algún tipo de violencia? Hay muchas personas dispuestas a ayudarte.