La propiedad intelectual está relacionada con la creación de contenidos. Detrás de todo lo que podemos consultar y ver en internet hay personas que lo han creado; aunque suben la información de forma libre para que nosotros la consultemos, debemos reconocer su autoría.
A veces, piden una recompensa económica para que los podamos consultar; otras veces, es libre, nosotros los podemos usar y modificar. En internet existen las licencias Creative Commons, equivalentes al copyright del mundo no virtual. ¿Has visto en algún libro este símbolo: ®?
Ambas protegen la propiedad intelectual del escritor. Es decir, los autores pueden proteger sus creaciones o darnos la posibilidad de usarlas. Afectan no solo a producciones escritas, también a ideas, imágenes y vídeos. Las imágenes y vídeos de internet también tienen una autoría. Debes elegir tus imágenes libres de derechos, en repositorios de imágenes donde los autores las ponen a nuestra disposición. Por ejemplo: Shutterstock y Pixabay.

Cuando utilizamos internet para realizar un trabajo, consultamos diferentes páginas web. Son las fuentes de información; es decir, de donde sacamos la información. Recuerda, en internet no todo tiene que ser verdad; existen las fake news. Debemos consultar páginas oficiales y fuentes que nos ofrezcan una garantía de fiabilidad. Por ejemplo, la Wikipedia, que nos ofrece información de muchos temas, no es una fuente muy fiable; cualquier persona puede subir información, no está contrastada.
Para respetar la propiedad intelectual, en nuestros trabajos tenemos que incluir un apartado que llamaremos webgrafía; estará dedicado a hacer una recopilación por orden alfabético de las fuentes que hemos consultado en la red. ¿Qué debemos decir de nuestras consultas?
El nombre de la página
Al abrir la web, en la parte de arriba, casi siempre a la izquierda, podemos ver el nombre de la web.

La URL
Una página web está definida por su URL. Significa uniform resource locator (localizador de recursos uniforme). Podemos verla en la barra del navegador.

La fecha de consulta
También es necesaria la fecha de consulta. La página web puede cambiar y, si necesitamos volver a consultarla, debemos saber de cuándo es la información.
No debemos copiar la información directamente, tenemos que leerla y redactarla con nuestras palabras. Si nos interesa destacar alguna frase, la copiamos y la escribimos entre comillas; de esta forma, quien lea nuestro trabajo identificará que no ha sido de nuestra creación.