Decir “no” asertivamente
Se trata de decir que no, dando los verdaderos motivos si se considera que merece la pena o simplemente, negándose a hacer lo que se está pidiendo sin más. La asertividad implica que hacemos lo que realmente queremos sin dañar a la otra persona, sin juzgar y sin ceder a las presiones haciendo algo que no se desea hacer.
Disco rayado
Consiste en transmitir claramente la determinación de mantener la decisión adoptada, repitiendo la misma respuesta hasta que desaparece la presión, sin discutir por qué se ha adoptado ni añadir nuevas explicaciones. Respondiendo, por ejemplo, a la presión de un consumo de riesgo con la misma negación planteada al principio (“no me apetece”). Su eficacia reside en el efecto desalentador que tiene sobre el que trata de presionar, al transmitirle que no va a conseguir lo que pretende.
Humor
La utilización del sentido del humor puede transmitir que quien lo utiliza se siente cómodo con su elección, reduciendo así el poder de quien trata de ejercer la presión, que se basa precisamente en todo lo contrario. Para tener disponible esta técnica cuando sea necesaria conviene haberla preparado de antemano, puesto que en las situaciones en las que una persona es más vulnerable a la presión es muy probable que no se le ocurra qué decir.
Inversión de papeles
Trata de volver la presión contra la persona que la ejerce, cuestionando su motivación o pidiéndole que justifique su comportamiento (respondiendo a la presión de un consumo de riesgo con frases como las siguientes: “¿por qué no te tomas tú un refresco como yo?” o “¿es obligatorio tomarlo para estar en la fiesta?”).
Proponer una alternativa
Busca mantener la relación con el grupo intentando orientar la actividad hacia otras posibles opciones. Por ejemplo, ante la presión de vamos a fumar un porro, proponer: vamos a bailar.
Buscar aliados
Consiste en encontrar al menos una persona del grupo que pueda expresar desacuerdo con la opción propuesta, que resulta más fácil mantener cuando no se está solo/a.
Ofrecer una excusa
Una razón, real o inventada, que excuse de ceder a la presión, sin necesidad de tener que mostrar claramente desacuerdo (aludiendo, por ejemplo, al cansancio o la necesidad de estar en forma al día siguiente para llevar a cabo una determinada actividad).
Irse del lugar o cambiar de grupo
En algunas ocasiones, como cuando resulten ineficaces las técnicas anteriores, puede resultar necesario abandonar el lugar en el que se sufre la presión, o incluso cambiar de grupo, buscando otro en el que puedan mantenerse las propias decisiones y valores.