El consumo de sustancias y sus consecuencias
Analizaremos las sustancias adictivas que conoces, aquellas que son más consumidas por personas jóvenes, cuáles son sus efectos deseados y no deseados y finalmente, los patrones de consumo más habituales.

Analizaremos las sustancias adictivas que conoces, aquellas que son más consumidas por personas jóvenes, cuáles son sus efectos deseados y no deseados y finalmente, los patrones de consumo más habituales.
Piensa en cuáles son las sustancias adictivas que conoces. Entre toda la clase, se hará un listado en la pizarra.
Ahora de todas las sustancias recogidas en la pizarra, debéis indicar cuáles son las más consumidas por personas jóvenes.
Una vez que hayáis determinado cuáles son con la ayuda del profesor o profesora que guía la actividad, organizados en pequeños grupos, indicaréis cuáles son los efectos que las personas que consumen esas sustancias adictivas seleccionadas y cuáles son los efectos no deseados que producen.
Una vez que, en pequeños grupos, hayáis completado vuestra tabla de efectos deseados y no deseados de las sustancias adictivas más consumidas por personas jóvenes, se recogerán los resultados de todos los grupos en una tabla común en la pizarra.
A partir de la información sobre alguna de las sustancias que aparece en el siguiente apartado y organizados en pequeños grupos, debéis plantear un contra anuncio. Tendréis un tiempo de unos diez minutos para leer atentamente la información, seleccionar aquellos efectos que consideréis más interesantes de cada una de ellas y preparar un texto en el que “vender” esa sustancia contando la verdad de los efectos que produce.
Cuando todos los grupos tengan preparados sus anuncios, se representarán en la clase en gran grupo.
Ejemplo: si la sustancia sobre la que tuvieras que hacer tu anuncio fuera la heroína, este podría ser el contra anuncio:
¿Quieres sentir un subidón muy rápido acompañado de euforia y bienestar? Esta es tu droga, la heroína. Dejarás de sentir dolor. Seguramente acompañado de sensación de náusea o vómitos. Lograrás que tu mente se sienta ofuscada y notarás que te respiras más lentamente y tu corazón funciona más despacio. Al principio, la sensación será muy placentera y querrás repetirlo una y otra vez. Con el tiempo, estas sensaciones dejarán de ser placenteras y lo único que querrás es consumir más para aplacar el malestar que provoca en tu cuerpo la necesidad de estar bajo los efectos de esta sustancia.
Si lo que quieres es una droga que genera una muy alta dependencia mientras tu cuerpo se va deteriorando y que, en poco tiempo, toda tu vida gire en torno a conseguir más sustancia y no te importe nada más (amigos, estudios, familia…), esta es tu droga.
El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso central que inhibe progresivamente las funciones cerebrales. Afecta a la capacidad de autocontrol, produciendo inicialmente euforia y desinhibición, por lo que puede confundirse con un estimulante.
El principal componente de las bebidas alcohólicas es el etanol o alcohol etílico, que tiene diferente concentración dependiendo de su proceso de elaboración. Las bebidas alcohólicas pueden ser:
Graduación alcohólica: La graduación de una bebida indica, aproximadamente, el volumen de alcohol etílico que contiene. Así, una botella de vino de 12º contiene un 12% de alcohol puro.
Efectos del consumo: El alcohol ingerido en una bebida es absorbido en el aparato digestivo, desde donde pasa a la circulación sanguínea en la que puede permanecer hasta 18 horas. Es eliminado finalmente a través del hígado. La presencia continuada de alcohol en el organismo y su consumo repetido es responsable de la mayoría de las lesiones que esta sustancia produce en nuestro cuerpo, como la cirrosis hepática o las encefalopatías en las que el funcionamiento de hígado y cerebro se ve gravemente alterado.
Los efectos del alcohol dependen de la cantidad consumida, pero existen otras circunstancias que los pueden acelerar o agravar:
El tabaco es una droga estimulante del sistema nervioso central. Uno de sus componentes, la nicotina, posee una enorme capacidad adictiva, y es la causa por la que su consumo produce dependencia.
Durante la combustión del tabaco se originan más de 4.000 productos tóxicos diferentes. Entre ellos, destacan por su especial peligrosidad y por las enfermedades a que pueden asociarse, los siguientes:
Otros componentes del tabaco: arsénico, cadmio, níquel, polonio 210, acetona y metanol, entre otras sustancias cancerígenas o tóxicas.
Efectos a corto plazo del consumo: aumento de catarros de repetición, aumento de la tos, disminución del rendimiento deportivo, pérdida de apetito.
Efectos a medio plazo del consumo: fumar un cigarrillo significa exponerse a numerosas sustancias perjudiciales para la salud y al riesgo de desarrollar una dependencia.
El monóxido de carbono se encuentra en el humo del tabaco y pasa a la sangre a través de los pulmones. Es el responsable del daño en el sistema vascular por una parte, y de la disminución del transporte de oxígeno a los tejidos de nuestro organismo, por otra. Produce fatiga, tos y expectoración.
La nicotina actúa sobre las áreas del cerebro que regulan las sensaciones placenteras, provocando la aparición de dependencia. También actúa sobre el sistema cardiovascular aumentando la frecuencia cardiaca y la posibilidad de arritmias. Además, produce cambios en la viscosidad sanguínea y aumenta los niveles de triglicéridos y colesterol.
A diferencia de la imagen atractiva que tiene a veces, el tabaco produce algunas alteraciones poco deseables entre las que se encuentran:
Efectos a largo plazo del consumo: Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo. En Europa, el tabaquismo provoca cada año 1,2 millones de muertes. Está directamente relacionado con la aparición de múltiples enfermedades (de las cuales 20 son diferentes tipos de cáncer según a International Agency por Research on Cancer (IARC) en su informe "World Cancer Report 2020") y es la principal causa de buena parte de muertes por cáncer de pulmón y de más del 50% de las enfermedades cardiovasculares.
En España cada año mueren más de 50.000 personas debido al consumo de tabaco, más que por los accidentes de tráfico y el consumo de drogas ilegales juntos.
Entre las enfermedades relacionadas con el tabaco destacan las siguientes: bronquitis crónica, enfisema pulmonar, cáncer de pulmón, hipertensión arterial, enfermedad coronaria (angina o infarto de miocardio), accidentes cerebrovasculares (trombosis, hemorragias o embolias), úlcera gastrointestinal, gastritis crónica, cáncer de laringe, cáncer bucofaríngeo, cáncer renal o de vías urinarias, impotencia sexual en el varón. Riesgos adicionales en las mujeres: La probabilidad de padecer un infarto se multiplica por 10 en las mujeres que fuman y utilizan anticonceptivos orales, la menopausia se adelanta una media de entre 2 y 3 años, aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis.
El consumo de tabaco incrementa en un 70% el riesgo de morir prematuramente por diversas enfermedades derivadas del consumo de tabaco. Este mayor riesgo es directamente proporcional al tiempo que se lleva fumando, a la cantidad de cigarrillos que se fuman a diario, a la profundidad de la inhalación del humo y al contenido en nicotina y alquitrán de la marca fumada.
En sus diferentes formatos y nomenclaturas, tienen en común que se calienta un líquido para producir un aerosol que las personas usuarias inhalan en sus pulmones. En función del tipo pueden contener: nicotina, aceites de tetrahidrocannabinol (THC) y cannabinoides (CBD), saborizantes, aditivos y otras sustancias.
Los cigarrillos electrónicos se han vuelto muy populares y los utilizan tanto los adolescentes como los adultos. Estos cigarrillos no son una alternativa segura para dejar de fumar.
Pueden tener el aspecto de los cigarrillos de tabaco tradicionales (en ese caso, se usa el término cig-a-likes en inglés), de un cigarro, de una pipa o hasta de artículos de uso diario como bolígrafos o memorias USB portátiles. También hay otros dispositivos que pueden tener un aspecto distinto, como los que vienen con un tanque recargable. Independientemente del diseño y el aspecto, estos dispositivos por lo general funcionan de forma similar y están compuestos por piezas similares.
Efectos del consumo: La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha emitido una alerta pública sobre cientos de informes de enfermedades pulmonares graves relacionadas con el vapeo, incluidas varias muertes. Muchos de los productos sospechosos que analizaron las autoridades de la salud han sido identificados como productos de vapeo que contenían THC, el principal ingrediente psicotrópico de la marihuana, mientras que otros reportaron el vapeo de nicotina solamente. No se ha identificado una misma sustancia en todas las muestras analizadas y no está claro si las enfermedades tienen conexión con un único compuesto.
Por tanto, no se pueden excluir los riesgos para la salud asociados al uso o exposición al vapor de los cigarrillos electrónicos. Vapear pueden ser dañino para los vasos sanguíneos, incluso cuando el vapor está completamente libre de nicotina. Se han detectado efectos a corto plazo en la función endotelial tras el uso de cigarrillos electrónicos sin nicotina por parte de no fumadores sanos.
La planta del cannabis o marihuana, mide entre 2 y 3 metros de altura, contiene una sustancia llamada delta-9-tetrahidrocannabinol (THC), que es la sustancia activa. Actúa como perturbador del sistema nervioso central, alterando la percepción y crea dependencia psicológica. Según la parte de la planta de donde se extraiga la droga, recibirá un nombre u otro:
Forma de consumo: Se suele tomar mezclado con tabaco rubio (con el negro no se nota tanto el sabor del cannabis) y envuelto en papel de fumar (canuto, porro, petardo). En algunos países se fuma en pipa.
Efectos del consumo: Taquicardia, enrojecimiento de ojos, sequedad de boca, euforia o placidez, sensación de flotación, desinhibición, risa, enlentecimiento de reflejos, pánico e ilusiones. Y por otro lado, disminución del rendimiento, desmotivación, alteraciones de la memoria y la atención, falta de coordinación psicomotora, distorsiones de la percepción, crisis de ansiedad o pánico, riesgo de accidentes.
Patologías asociadas: Alteraciones respiratorias, cardiovasculares, neoplasia (cáncer de boca, bronquios, pulmón), alteraciones del sistema nervioso central, síndrome amotivacional (falte de interés por las cosas), apatía y trastornos psicóticos con alucinaciones y delirios.
Los hipnosedantes son un grupo de psicofármacos depresores del Sistema Nervioso Central con efectos ansiolíticos como Lorazepam, Bromazepam o Alprazolam; efectos hipnóticos como Lormetazepam y Zolpidem, y efectos sedantes, relajantes musculares o anticonvulsivantes como Diazepam y Clonazepam.
Son un grupo de medicamentos que tranquilizan, relajan, calman la excitación nerviosa o provocan sueño.
Estos medicamentos están indicados en el tratamiento de los síntomas de estrés, ansiedad e insomnio pero implican riesgos importantes por lo que requieren SIEMPRE de receta médica para ser dispensados en las farmacias.
Efectos adversos y contraindicaciones: Los hipnosedantes, como la mayoría de medicamentos, no son inocuos pudiendo provocar efectos adversos o no deseados. Consumirlos, cuando no han sido prescritos por el médico/a o de forma diferente a la pauta indicada pueden producir una reacción grave.
Entre los efectos adversos más frecuentes se incluyen: sedación, alteraciones psicomotoras (que afectan a la coordinación, al equilibrio…) y trastornos cognitivos (en relación con el lenguaje, desorientación, dificultad de concentración…), de manera que con su consumo puede verse alterada la capacidad para realizar ciertas tareas como, por ejemplo, conducir vehículos.
Uno de los riesgos de los hipnosedantes para la salud es su gran componente adictivo. Su consumo puede generar tolerancia (necesidad de aumentar la dosis inicial para conseguir el mismo efecto), dependencia (aparece con el uso prolongado del fármaco) y síndrome de abstinencia (cuando se cesa en el consumo).
Los síntomas relacionados con un síndrome de abstinencia son temblores, sudoración, palpitaciones, insomnio, vómitos, alucinaciones, agitación psicomotora y convulsiones.
La mezcla con otras sustancias, en concreto, alcohol u otros depresores del sistema nervioso central, puede resultar altamente peligrosa al potenciarse el efecto de los hipnosedantes, aumentando el riesgo a presentar una sobredosis.
El éxtasis es una droga alucinógena de síntesis que se fabrica en laboratorios clandestinos. Son derivados anfetamínicos, capaces de alterar el comportamiento y las funciones vitales del organismo.
Al estar fabricado de forma clandestina y sin ningún control, nunca se sabe la cantidad real de componentes anfetamínicos que llevan. En algunas se ha encontrado cafeína, pero en otras ocasiones se ha visto que contenían pequeñas dosis de heroína, por citar algunos ejemplos, esto supone que sus efectos no son nunca los mismos.
En la presentación de los comprimidos se da una enorme variedad. Se distinguen unos de otros por el tamaño, la forma, el color, así como por los signos que a menudo llevan grabados en su superficie, que sirve como una etiqueta del laboratorio.
La mezcla de éxtasis y alcohol aumenta el riesgo de padecer lo que se llama “golpe de calor” en que el consumidor deja de sudar, no orina, el pulso es rápido (taquicardia), siente mareos, vómitos, calambres, cansancio, nerviosismo y puede sufrir paranoia. Por este motivo los consumidores de éxtasis suelen tomar solo agua, además cuanta más tomen menor es el riesgo de padecer este síndrome.
Efectos del consumo: Tiene una acción estimulante del sistema nervioso central. Producen sensación de euforia, alucinaciones, quitan el hambre y el cansancio. En ocasiones provocan pensamientos perturbadores.
Los efectos más graves son:
La duración de los efectos es imprevisible. El “bajón” puede aparecer en cualquier momento.
El GHB es un potente depresor del sistema nervioso central que inicialmente puede producir sensación de bienestar y euforia. Es conocido también como “éxtasis líquido”, aunque sus efectos tienen poco que ver con el éxtasis, que es un estimulante y no una droga depresora como el GHB.
En el mercado ilegal circula en forma de líquido transparente y se consume por vía oral generalmente mezclado con agua, por lo que es difícil controlar la dosis consumida y ligeras variaciones en cantidad o pureza producen efectos muy diferentes.
Los efectos del GHB varían mucho de una persona a otra. Se perciben a los 10 o 20 minutos del consumo, duran de 60 a 90 minutos, y desaparecen por completo a las 3 ó 4 horas.
Aunque los efectos buscados son el aumento de la sociabilidad y de la capacidad de comunicación, pueden aparecer, sin embargo, somnolencia, obnubilación, dolor de cabeza, confusión, e incluso depresión respiratoria, ideas delirantes, alucinaciones y coma.
Las anfetaminas son un derivado químico y potente estimulante del sistema nervioso central.
Vía de consumo: Oral y endovenosa.
Efectos del consumo: A dosis bajas produce una mayor capacidad de concentración y aumento del rendimiento mental, por eso es utilizado de forma ilegal por algunos estudiantes. Disminuye el apetito y provoca un estado de bienestar subjetivo con retraso de la aparición de la fatiga. En dosis altas aparece inquietud, insomnio, irritabilidad y verborrea. Tienen un gran poder de adicción y crean una alta dependencia. Puede provocar síntomas psicóticos tanto a corto como largo plazo. Su síndrome de abstinencia se caracteriza por depresión, apatía, somnolencia, dolores musculares, intranquilidad y conducta suicida.
Es un estimulante que proviene de la planta de la coca, arbusto perenne de América del Sur. De ahí sale la pasta de coca o clorhidrato de cocaína, un polvo blanco que actúa como estimulante del sistema nervioso central.
La cocaína provoca una gran euforia y excitación, con sensación de bienestar. No se siente cansancio físico ni psíquico, por lo que la persona que la ha consumido sobrevalora sus capacidades.
Características de la dependencia: Hay una pérdida de control, agresividad, compulsión a tomar la droga, consumo continuado, negación de la existencia del consumo o de los problemas derivados.
Vía de administración: Normalmente se toma esnifada. También puede tomarse fumada, de forma oral masticándola o endovenosa. Se vende en papelinas, se corta el polvo para evitar los grumos (muchas veces con el carnet de identidad o la tarjeta de crédito). Produce sequedad de boca, lo que provoca un aumento del consumo de alcohol para compensar.
Produce falta de apetito, inquietud y agitación. También se asocia con insomnio, irritabilidad, crisis de angustia, compulsividad, problemas de atención y memoria, alteraciones del deseo sexual, apatía, depresión, intentos de suicidio y síntomas psicóticos (delirios y alucinaciones). Según la edad, clase social y forma de consumo pueden aparecer problemas económicos, laborales, familiares y legales. Se asocia también con patologías cardiovasculares, del sistema nervioso, complicaciones de la vía nasal (perforación del tabique) y respiratorias.
La ketamina es un anestésico sintetizado en 1962 que sigue utilizándose en la actualidad con fines médicos y en veterinaria. Su presentación farmacéutica es en forma de líquido inyectable.
En la calle se puede encontrar como líquido, polvo, cristales, pastillas o cápsulas y se conoce popularmente como “special K”. En ocasiones, puede estar mezclada con otras sustancias (efedrina, cafeína etc.).
Sus efectos dependen de la composición, la dosis, el contexto en que se consuma y las características del consumidor (peso, edad, etc.). A dosis bajas, produce efectos similares a los de borrachera por alcohol, con pérdida de coordinación y dificultades para hablar y pensar, visión borrosa, etc. A dosis altas puede provocar delirios, alucinaciones, pérdida de la noción del espacio y del tiempo y distorsión de la realidad. Algunas personas se ven fuera de su cuerpo o piensan que han muerto o van a morir de manera inmediata.
Es una sustancia muy peligrosa que puede provocar ansiedad, paranoia, y paros respiratorio y cardiaco, e incluso consumos mínimos pueden producir sobredosis.
Su consumo habitual produce alteraciones en la memoria y en la concentración y deterioro de las habilidades del individuo.
La ketamina tiene un elevado riesgo de adicción y una rápida tolerancia. Su combinación con alcohol u otras drogas aumenta el riesgo de sufrir depresión respiratoria, episodios de síncope o paro cardiaco. La mezcla con psicoestimulantes y/o alucinógenos puede provocar una reacción impredecible y muy peligrosa.
Son sustancias químicas volátiles que pueden estar presentes en gran cantidad de productos domésticos (gomas, lacas para uñas, acetona…) o de uso industrial (colas, gasolinas…), y que al aspirarse o inhalarse producen un efecto fundamentalmente depresor del sistema nervioso central y una toxicidad general.
Vías de consumo: Oral y nasal.
Efectos del consumo: Los efectos al inhalar estas sustancias son similares a los de una embriaguez o borrachera. Aparece una sensación de aislamiento de la realidad, aparente despreocupación y alegría. A dosis mayores se observan conductas de desinhibición y pérdida de control. También pueden presentarse alucinaciones y delirios.
Los efectos iniciales incluyen tos, sensación de cansancio, problemas respiratorios, picores, pobre coordinación y pérdida de apetito. Algunos vapores de estas sustancias afectan al pensamiento y pueden aparecer lesiones cerebrales. También se relaciona con problemas hepáticos, renales, respiratorios, etc.
La mezcla con otras drogas depresoras (tranquilizantes, somníferos, alcohol) incrementa peligrosamente el riesgo de muerte por sobredosis.
El consumo puede relacionarse con pérdida de memoria, de atención y concentración, con lo que el rendimiento escolar de los jóvenes consumidores resulta comprometido.
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