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Control emocional

Control emocional

Cuando experimentamos un deseo o impulso, se desencadena una serie de pensamientos y emociones que, si no se gestionan adecuadamente, pueden llevarnos a actuar de manera inmediata, irreflexiva o impulsiva, sin tener en consideración las consecuencias que puede haber. Así pues, el autocontrol emocional propone reconocer, dirigir y canalizar las reacciones emocionales intensas que podemos experimentar en diferentes contextos y circunstancias. El objetivo consiste en mantenerse en un clima emocional donde las emociones no lleguen a traducirse en una conducta indeseada.

Netex

Para desempeñar este control sobre la propia conducta, es importante conocer e identificar en qué tipo de situaciones actuamos sin pensar. Para ello, pueden resultar de ayuda los siguientes pasos:

1

Tomar conciencia de la emoción que se está experimentando. Identificar dicha emoción e intentar concretarla, evitando entrar en generalizaciones o descripciones muy vagas de lo que experimentamos. ¿Qué emoción creo estar sintiendo?, ¿qué situación ha desencadenado esta emoción?, ¿qué experimento en mi cuerpo, en mi mente?, ¿en qué parte de mi cuerpo siento la emoción?

2

Aceptar el sentimiento y el pensamiento, liberándolos de valoraciones o juicios prematuros. No olvidemos que nadie puede ser juzgado por un sentimiento sin más. En este punto, será importante, integrar el sentimiento como parte de uno mismo y aprovechar su energía en la elaboración de una conducta deseada. Aceptar que estoy presentando un determinado pensamiento, pero que el control sobre mi conducta lo tengo yo. ¿Qué se me pasa por la cabeza cuando siento que pierdo el control?

3

Conocer y reconocer mis propios comportamientos. ¿Qué hago habitualmente cuando siento que pierdo el control? ¿Cuáles son las consecuencias mis actos en esos momentos? ¿Cómo me siento después?

Tomar conciencia de la emoción que se está experimentando. Identificar dicha emoción e intentar concretarla, evitando entrar en generalizaciones o descripciones muy vagas de lo que experimentamos. ¿Qué emoción creo estar sintiendo?, ¿qué situación ha desencadenado esta emoción?, ¿qué experimento en mi cuerpo, en mi mente?, ¿en qué parte de mi cuerpo siento la emoción?

Aceptar el sentimiento y el pensamiento, liberándolos de valoraciones o juicios prematuros. No olvidemos que nadie puede ser juzgado por un sentimiento sin más. En este punto, será importante, integrar el sentimiento como parte de uno mismo y aprovechar su energía en la elaboración de una conducta deseada. Aceptar que estoy presentando un determinado pensamiento, pero que el control sobre mi conducta lo tengo yo. ¿Qué se me pasa por la cabeza cuando siento que pierdo el control?

Conocer y reconocer mis propios comportamientos. ¿Qué hago habitualmente cuando siento que pierdo el control? ¿Cuáles son las consecuencias mis actos en esos momentos? ¿Cómo me siento después?

Conocer y gestionar las distintas emociones, que sin duda influyen en nosotros a diario, es un pilar clave para poder generar salud emocional.

La dimensión emocional forma parte del día a día de todos, tanto es así que con frecuencia tratamos de expresar y compartir nuestros estados internos o sensaciones, sin saber muy bien cómo hacerlo.

Con demasiada frecuencia también, nos cuesta expresar adecuadamente los sentimientos, limitándonos a decir “estoy bien”, “mal”, “regular”, o empleando expresiones del tipo: “esto me ha afectado poco”, “significa mucho para mí”, “no me deja indiferente”.

Cuando una persona expresa estar mal, puede encerrar tras de sí sentimientos tan variados como la tristeza, la rabia, la preocupación, el enojo, la envidia, los celos, la apatía, la desolación, la desesperanza y al mismo tiempo una persona que dice sentirse bien puede abrazar sentimientos de satisfacción, orgullo, alegría, alivio, regocijo, esperanza, seguridad…

La inteligencia emocional propone la riqueza de vocabulario a la hora de expresar cómo nos sentimos. Cuanto más próximos estemos en la definición de un sentimiento, mejor será la conciencia que de éste logremos, y, por tanto, más probabilidad habrá de gestionarlo de manera adaptativa.

@La inteligencia emocional: el secreto de una familia feliz. Comunidad de Madrid.

Tarea 1.

Duración:
15 minutos
Agrupamiento:
trabajo individual

Consulta la siguiente web y anota en tu cuaderno de bitácora, qué contenidos de los tratados pueden ayudarte a gestionar las emociones, qué hábitos saludables y qué aspectos en la relación con los demás pueden ayudarte en este propósito. La idea es que puedas ejercer el control eligiendo y potenciando los aspectos positivos que ya posees, y detectando los negativos para modificarlos.

BIENESTAR EMOCIONAL:

https://www.comunidad.madrid/servicios/salud/bienestar-emocional-salud

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